Recursos para familias


1-Mordeduras

Haz clic aquí para ver nuestro video con la psicóloga Alejandra Luna y Laia Tur, propietaria de los centros Petits.

En esta conversación, exploraremos los motivos, el origen o la causa detrás de lo que debemos hacer y lo que debemos evitar hacer o decir.


BESOS Y MORDISCOS

Tanto da, besos o mordiscos, son consecuencias de las emociones que sentimos. Los primeros los normalizamos y los segundos los patologizamos. Si no es un problema que un niño diga "totxe" en lugar de "coche" cuando aún no sabe hablar... ¿por qué lo es que muerda cuando aún no sabe expresar sentimientos? Si fuera capaz de decir “¡es que no lo entiendo!”, “no te puedo explicar lo que quiero”, “tengo ganas de estar contigo”, “me duelen los dientes”... si fuera capaz de hacerlo, seguramente lo haría y no mordería. Hay muchos adultos que no son capaces de decir “me siento mal con lo que has hecho” y pasan tres días enfadados en silencio por completo de forma voluntaria.

Las emociones nos mueven para facilitarnos la vida. El miedo nos hace huir de aquello que tememos o nos ayuda a prepararnos y estar alerta ante una situación peligrosa. El enojo es la emoción que sentimos cuando nos frustramos, cuando creemos que están sobrepasando nuestros límites. El enojo nos lleva a agredirnos para defendernos. Lo que hemos desarrollado a lo largo de los años son otras respuestas alternativas: decimos que no, nos vamos, nos quejamos... pero para aprender, necesitamos tiempo, un entorno que nos enseñe, una maduración de nuestro sistema nervioso.

Mientras todo esto sucede en nuestros cerebros, curso tras curso y en todas las guarderías, en torno al año de edad, los niños muerden. De hecho, muerden, comen con las manos o con poca habilidad con la cuchara y hacen pipí en los pañales. Cuando hayan aprendido otras habilidades, las pondrán en práctica. Pero, mientras tanto, las educadoras se verán en la difícil situación de explicar a ese padre o madre cómo fue el mordisco que quedó marcado en la cara de su hijo o hija. O comentar a otros padres que su hijo o hija lleva unos días mordiendo.

Ellas saben muy bien qué hacer. Conocen a la perfección los mecanismos de aprendizaje de sus niños. Algunas dirán "no" con tono afectuoso pero firme, y apartarán al niño del lugar donde se encuentra. Otras le explicarán que eso duele. O quizás lo apartarán sin mirarlo directamente, evitando así que ese intento de llamar la atención tenga éxito. Le enseñarán a reclamar atención de otra manera. En muchos casos podrán evitarlo distrayéndolo con canciones o juegos. En algunas escuelas se habrán preocupado de disponer de esos objetos que permitirán descargar la tensión acumulada por todo lo que viven tan intensamente. En muchos equipos, ellas se tranquilizarán compartiéndolo con sus compañeras y luego observarán, como por arte de magia, que este “ansiolítico” también tiene un efecto en la conducta del niño. Y así, con el esfuerzo y dedicación de cada día, aquellos niños que mordían con tanta frecuencia, cuando llegue el curso siguiente, habrán cambiado el mordisco por un aún torpe "¡es mío!". Todavía les queda mucho por aprender.

Un mordisco en la mejilla o en el brazo de un hijo o hija genera todo tipo de emociones: pena, rabia, miedo... es normal y adaptativo. Lo que hacemos con estas emociones, sin embargo, también servirá de modelo para nuestros hijos e hijas.

Socializarse significa estar en contacto con virus, tener que esperar el turno para comer, dormir con otros ruidos, tener la posibilidad de recibir un mordisco... pero también significa tener un buen sistema inmunitario, saber esperar, tolerar, compartir, afrontar frustraciones y desarrollar los mecanismos emocionales necesarios para sobrevivir en nuestro mundo actual.

Imma Riu
Psicóloga (publicado en la revista In-fàn-ci-a, nº 40, sep/oct 2009)



 🖥💻🖥💻🖥💻🖥💻🖥💻

2. EL USO DE PANTALLAS

Queremos sumarnos a la iniciativa de no dar teléfono móvil antes de los 16 años. Sabemos que aún os quedan muchos años, pero debéis saber que estamos muy implicadas en la NO tecnología en la etapa de 0 a 3 años y queremos compartir algunos detalles:

Sabemos que vivimos en la era digital. Es innegable que la tecnología y los dispositivos electrónicos juegan un papel importante en la vida cotidiana de las familias. Sin embargo, es esencial ser conscientes de los riesgos asociados con el exceso de exposición a las pantallas, especialmente en los niños más pequeños.

Numerosos estudios y expertos en desarrollo infantil han señalado que el uso excesivo de pantallas en los niños pequeños puede tener impactos negativos en su salud y bienestar. Aquí tenéis algunas razones para ser cautos:

Problemas neuromusculares derivados del sedentarismo que aporta el uso de pantallas.

Un mal desarrollo en el cerebro: Los cerebros de los niños en edad temprana están en pleno desarrollo, y la sobreexposición a las pantallas puede interferir en este proceso. Puede dificultar la adquisición de habilidades de comunicación, concentración y resolución de problemas.

Sedentarismo y obesidad: El tiempo frente a las pantallas suele ser sedentario, lo cual puede contribuir a problemas de salud como la obesidad infantil.

-Interacción social: El exceso de tiempo frente a las pantallas puede limitar las oportunidades de los niños para interactuar con otras personas y desarrollar habilidades sociales importantes.

Contenido inadecuado: Aunque existen aplicaciones y contenido diseñados específicamente para niños, también hay material inadecuado y violento en línea que los niños pueden encontrar accidentalmente.

Retraso en la adquisición de vocabulario: El niño no tiene que hacer ningún esfuerzo para comunicarse mientras está utilizando las pantallas, por lo que esta adquisición puede verse afectada.

Entendemos que en la sociedad actual es difícil evitar completamente el uso de pantallas. Sin embargo, es crucial establecer límites y supervisar el tiempo que los niños pasan frente a dispositivos electrónicos. Aquí tenéis algunas recomendaciones:

Limitad el tiempo de pantalla diario de acuerdo con las pautas recomendadas por expertos en pediatría.

Fomentad el juego al aire libre, la lectura y otras actividades que promuevan el desarrollo físico y mental de vuestros hijos.

Como familia y cuidadores, tenéis un papel fundamental en el desarrollo saludables de vuestros hijos. Estamos aquí para daros apoyo en la difícil tarea de equilibrar la tecnología en la vida de vuestros hijos con otras experiencias importantes. Juntos, podemos ayudar a nuestros pequeños a crecer de manera saludable y equilibrada.


Por otro lado, varios países con sistemas educativos avanzados han retrocedido en el uso de la tecnología como método principal de aprendizaje, optando por volver al uso de los libros físicos y tomar notas a mano.

Países como Países Bajos, Suecia, Francia, Alemania, Italia, China o Reino Unido han implementado restricciones sobre el uso de dispositivos electrónicos en las escuelas debido a preocupaciones sobre los efectos negativos en la concentración y el rendimiento académico de los estudiantes.

La Plataforma para una Digitalización Saludable y Regulada está llevando a cabo una campaña para sensibilizar sobre los efectos negativos del uso excesivo de la tecnología en las escuelas, especialmente el uso de smartphones y otras herramientas tecnológicas por parte de los estudiantes. Piden la colaboración para difundir material gráfico con el objetivo de reducir la compra de smartphones a niños y adolescentes. También insisten en debatir la necesidad de eliminar los smartphones de las escuelas primarias y secundarias.